Tras ver el documental "El mundo según Google" he podido constatar el interés que tiene la empresa de seguir expandiéndose para abarcar todos los campos a los que sea capaz de llegar.
Sin embaro, parece que la mejor manera de lograr el éxito es dejar que las cosas fluyan. Al igual que este gigante nació del mero hecho de que ninguno de los grandes "punto com" del momento quisieran comprarles su motor de búsqueda, en el documental se comenta el hecho de que el 20% del tiempo de trabajo está destinado a que los empleados se dediquen al proyecto que ellos quieran, dándoles la capacidad de perseguir sus propios intereses e implicarse por completo en su idea. Si a esto le sumamos sistema de mantener sus productos en fase beta de forma permanente para que sean los usuarios quienes encuentren los errores y decidan qué uso darle podemos considerarnos expectadores de una verdadera "evolución digital".
Al igual que en la naturaleza los productos ideados por los empleados aparecen en el hábitat online muchas veces sin un plan claro de qué van a hacer, dependiendo su supervivencia de su capacidad para adaptarse a su entorno, en nuestro caso las necesidades e intereses de los internautas (también podríamos ser considerados su comida, pero dado que el lema de Google es "Don´t be evil" por ahora lo dejaré en que formamos el medio dónde vivirá y se desarrollará). Actualmente existen productos Google en todos los caminos evolutivos: Google maps es una criatura que ha conseguido su sitio y sigue creciendo sin demasiado temor a que nadie intente quitarle su puesto o alimento. Google videos sería el caso contrario, dónde la competición con otro ente que consiguió adaptarse mejor a lo que los usuarios querían, lo llevo a límites cercanos a la extinción (si luego mamá Google decidió "comerse" a Youtube o "convertirlo" en su hijo es otro tema). Y, por último, tenemos a Google Wave, que parece tener un montón de posibilidades y aplicaciones útiles, pero que aún no sabe dónde está ni qué hacer, así que depende del entorno decidir si es realmente tan capaz como parece o si le espera el ostracismo.
Continuando con el documental, el tema del sistema de prioridades y filtración de la información resulta bastante interesante.
Con respecto a lo primero, ciertamente resulta complejo establecer un punto base para decidir qué sitios merecen mayor relevancia al decidir qué webs son más vistas. A estas alturas Google ha creado un bucle que se retroalimenta, es decir, ¿Google marca una página porque tú la visitas o tú la visitas porque Google la ha marcado?. Dada la implantación del buscador considero bastante peliagudo congeguir una visión fiel de las webs cuando él resulta ser el punto principal de referencia para que se visiten. Se comentaba, por ejemplo, la relevancia que se da a los periódicos debido a los enlaces que van a ellos y los que ellos ponen. La pena es que, al menos los principales periódicos de este país lo que conseguirán es dar mucha más importancia a los coches y bancos que se publicitan de forma molesta e insultante que a las verdadesras noticias (si es que quedan).
En lo tocante a los filtros, defienden la política de libre circulación de información tratando de evitar cualquier tipo de posicionamiento por su parte. Ello no implica que defiendan el equilibrio entre posturas poniendo la misma propiorción de cada una (pues eso sí sería una posición), sino que dejan en manos de los usuarios decidir qué postura es la más seguida. Así, si buscamos temas candentes o personajes públicos, por los resultados obtenidos podemos hacernos una idea de cual es la corriente principal de pensamiento a nivel global.
Con respecto a los filtros que se aplican en China, opino que no es tan horrible como en ocasiones suena. Que debería permitirse la búsqueda libre, seguramente, pero que debe ser una empresa la que se oponga en solitario al Gobierno y se niegue a interactuar con un público objetivo de mil trescientos millones de usuarios me parece pedirle demasiado. No digo que se deba renunciar a los principios ni ideales, pero tampoco hay que ser tonto. Me gustaría saber cuántas empresas serían capaces de renunciar "porque sí" a ese público potencial por no estar de acuerdo con las leyes. No hablo de seguridad de comercio ni política interior, sino de hacer públicamente (no es ningún secreto) unos cambios que durarán hasta que se considere que ya no hacen falta.
Tanto este punto como las sospechas sobre lo que hacen con toda la información que guardan sobre nosotros son son emitidas principalmente por una persona con un look un tanto particular y (si he oído bien bajo el doblaje) parece tener acento inglés. Es cuanto menos curioso que el opositor esté hasta cierto punto tan estereotipado, de forma que quién vea el documental tenga desde un primer momento dudas sobre lo que nos dice, con independecia de la fundamentación o no de sus argumentos.
Personalmente, a cambio de todos los servicios que me dan creo que tampoco me supone demasiado compartir con ellos de forma anónima cierta información, siempre que ésta no llegue a terceros. Ésta resulta insignificante sobre todo si la comparamos con Facebook o Tuenti, dónde sin repararos se cuelgan fotos y comentarios sin ningún tipo de control y la gente no siente que está arriesgando su intimidad o mostrando al mundo una imagen bastante pésima de su persona con la que puede tener que convivir el resto de su vida. Por muy estancos que los creamos, todos los servicios de internet pueden acabar en esa gran nube difusa de información en la que las barreras desaparecen y somos incapaces de saber dónde acabará lo que subimos irreflexivamente. Así pues, casi prefiero confiar más en los pocos datos que le doy a Google que en las ingentes cantidades que reciben otros
Otro proyecto que merece ser nombrado es el corrector y traductor que se está desarroyando. El servicio "quiso decir?" nos ayuda ya a subsanar la mayoría de meteduras de pata que cometemos al escribir lo que buscamos y la posibilidad de que nuestras búsquedas se realicen simultáneamente en varios idiomas igualaría aún más la situación de todos los internautas, derribando la barrera del idioma. Me pregunto si tal vez, de obtener todo en el idioma que quisiéramos, el inexorable avance de la lengua inglesa llegaría a su fin. Hasta ahora, la única manera de conseguir acceder a la mayoría de contenidos es aprendiendo inglés, pero con un traductor automático bueno cada persona lo leería en su lengua nativa y no tendría tal necesidad. Si esto sucediese la homogeneidad lingüística en internet perjudicaría a la "offline".
Por último, mencionar la nueva biblioteca de Alejandría que están creando al escanear todos los libros a los que pueden llegar y ofrecérselos al público de forma gratuita. Esta iniciativa, que no carece de cierta vis filantrópica, permitirá que esta parte de la cultura se difunda de una manera mejor que manteniendo los libros encerrados en bibliotecas a las que cada vez da más pereza ir teniendo en cuenta la cantidad de información que fluye por el ciberespacio.
Este sistema no sólo debe enfocarse a que cualquiera pueda leer el último libro de la saga popular del momento, sino que todas aquellas grandes obras condenadas antes de nacer por tener una tirada baja o escasa difusión por motivos económicos. Al estar disponibles en la red cualquiera que la encuentre y le guste puede comentarla e impulsar su expasión, desapareciendo las limitaciones físicas de la mayoría de publicaciones no "empujadas" por los medios.
En conclusión, Google continúa su expansión a buen ritmo y con el apoyo de millones de usuarios que cada día emplean sus productos sin dudar sobre su fiabilidad, recibiendo con interés y expectación cada nuevo proyecto. Ahora que acaba de sacar un teléfono propio tengo bastante curiosidad por ver si sobrepasa al iphone, puesto que, pese a que tal vez sus adeptos están menos "posicionados" que los de Mac, creo que suponen una cantidad incomparablemente mayor.
La nueva campaña de Gillette para promocionar sus maquinillas consiste en la creación de una web interactiva que promueve la "Campaña de ayuda al hombre lija", un movimiento contra la típica barba de tres días.
Conforme vamos pasando de una "sala" a otra nos ofrecen distintos contenidos reletivos a la maquinilla, comenzando con un video promocional al estilo de falso documental, seguido de la exposición de la gama de productos
Bueno, sonar no suena del todo mal, pero entonces ¿Por qué el título de este post es ayuda a los publicistas? Porque, pese a que la teoría no es mala del todo, la web en sí me parece contraria a la mayoría de planteamientos de márketing que funcionan tanto en internet como en otros medios. Con ello quiero decir que no existe una relación directa entre el el coste y trabajo del anuncio y su calidad.
El primer fallo que podría hundirlo nada más empezar son los tiempos de carga. En mi opinión, ya debe costar bastante conseguir que el público acceda de forma activa a una web de publicidad y acepte interactuar con ella como para obligarle a esperar entre cada paso.
Reconozco que no tengo la conexión más rápida del mercado, pero he probado desde dos puntos diferentes y en ambos le ha costado moverse. Teniendo en cuenta que en los anuncios de televisión la atención del espectador suele durar menos de 15 segundos y que para los carteles muchas veces sólo dedicamos el rabillo del ojo, confiar en que queramos dar nuestro tiempo (y gran parte del ancho de banda para las conexiones bajas) por un anuncio me parece tener demasiada confianza.
Tanto al empezar cómo conforme avanzamos, tras la carga, nos encontramos con vídeos que necesitarán otra espera más antes de poder visualizarse.
El video en sí también peca de cierta soberbia al tener audio, lo cual exige toda la atención del usuario, impidiendo verlo en el trabajo en lugares públicos. Por lo general los publicistas optan por una de las dos vías, si es video se aseguran de poner colores vivos y letras grandes para que nos fijemos en la parte que ocupan de la pantalla y sepamos de qué van sin dejarnos en evidencia al adjuntar sonidos que puedan delatar que en lugar de trabajar estás leyendo el periódico (por ejemplo los de coches) y si es audio (como ocurre en Spotify) sólo cortan la música un momento si impedirnos seguir haciendo lo que fuera con el ordenador.
Continuando con la página en sí, la primera vez que la abrí estaba en clase, así que previamente le quité el sonido asumiendo que me la podían jugar. Aún así duró poco abierta. La razón, el hecho de que la fila de atrás pueda ver como una señorita con sólo un batín se pasea por mi pantalla me pone nervioso. Tal vez los desarrolladores no se dieron cuenta, en su intento de emular a Axe, de que la gente usa sus ordenadores en público, por lo que si en la pantalla no aparece bien claro que se trata de un anuncio de Gillette puede dar lugar a malentendidos.
Tras navegar por toda la página, a parte de más períodos de carga, encontramos sólo tres packs de productos con poca información sobre los mismos, lo cual impide al consumidor conocer en profundida qué se está comprando en una página que en teoría esta centrada en eso.
Como colofón, por si el tono humorístico no nos llega a convencer, se afirma en nombre de todas las mujeres que un hombre debe afeitarse bajo amenaza de que sus parejas dejen de depilarse.
Yo me pregunto si esto es sólo una campaña algo perdida o es el inicio del combate contra el próximo movimiento en tendencias masculinas, pues parece que después de la metrosexualidad, con su consiguiente ola de consumo en material de cuidado masculino, vuelve la barbita de tres días y el look ligeramente grunge. Lo cual supondría un descenso tremendo en las ventas de todo su material, especialmente en los productos anexos de los que no tenemos siquiera referencia de precio. Pues si ya es complicado saber como de cara es una cuchilla de afeitar cuando como mucho hay tres marcas, las cremas y ungüentos que salieron con la moda tienen diferente calificación o composición entre marcas, imposibilitando una comparativa clara.
Por otro lado, se trata de una maquinilla de afeitar, artículo de larga duración. Yo en diez años he tenido dos, una que me regaló mi padre y otra que me compré yo, comprando periódicamente los cabezales específicos de ese modelo no me he preocupado desde entonces, por lo que tal despliegue publicitario podría catalogarse de excesivo, dado que si no fuera por el trabajo no me habría enterado de su existencia y no dan ningún argumento que justifique que debo tirar la mía, perfectamente funcional, para comprar la suya.
En ningún momento trato de hacer apología de una empresa sobre la otra, de hecho creo que la que uso es una Gillette match treinta y tres y un tercio con motor de ocho cilindros o algo así, ya me pierdo con los nombres que le ponen, cuando lo que me interesa es una cuchilla normal sin geles raros en ella (para eso ya tengo el aftershave) ni pilas.
Así pues, al menos yo, no considero acertado este sistema publicitario.
Hace ya unos años, antes incluso de aparición de las verdaderas redes sociales online fue redactado el manifiesto Cluetrain por unos locos o visionarios (aún no sé la diferencia), que pronosticaban un cambio radical en la forma de comercio y en la relación empresa-cliente.
El manifiesto comenzaba con 95 tesis, en las cuales, se considera al mercado un conjunto de conversaciones entre personas, vaticinando la hipersegmentación del mercado hasta el punto de que ya no sería posible establecer las antiguas divisiones por edad, sexo o status social. Por otro lado, afirmaba que una conversación entre individuos goza de mucha mayor repercusión en el consumo que cualquier campaña publicitaria que se pueda realizar.
Si, tras leer las tesis, nos fijamos en el mercado actual nos damos cuentade que efectivamente está sucediendo. Los foros, blogs, chats, etc., por no hablar de facebook y compañía, van recompilando cada vez más características de nosotros mismos, hasta llegar al punto de que los publicistas no son capaces de asegurar cual es el público objetivo o cómo llegar a una población que ya no está estabulada.
La gran mayoría de nosotros ya hemos recurrido como mínimo una vez a internet para saber cómo es el producto que estamos interesados en comprar. Siempre empezamos buscando comparativas entre objetos similares para acabar leyendo el artículo que alguien ha publicado sobre ese porducto en concreto y, sobre ese artículo, definiremos nuestra visión del producto. Tal y como decía el manifiesto, confiamos más en otros usuarios, ya que están "de nuestro lado", mientras que asumimos que tanto los fabricantes como los distribuidores tratan de engañarnos para que compremos el que mayor beneficio les reporta.
Cada día más empresas dse dan cuenta de este fenómeno y raíz de él tratan de combatirlo o aprovecharlo.
Un ejemplo claro lo tenemos en las cadenas de televisión, mientras que, por ejemplo, telecinco trata de blindarse cada día más para evitar que su contenido se vierta en internet o en otros canales, la sexta o tve ponen programas y series online con el fin de llegar a más gente, y lo consiguen.
Otro gran ejemplo de individualización es firefox, que seguramente muchos ya estais utilizanndo. Con el paso del tiempo y los addons este programa ha conseguido dar a cada usuario lo que busca, hasta el punto de que cuando alguién trata de usar el nuestro descubre que faltan barras, los comandos son diferentes o aparecen iconos y programas en los márgenes de la pantalla que no conocía de nada.
Esta apertura e hipersectorización es lógico que produzca miedo a muchas empresas, sobre todo a aqullas que emplean la desigualdad de información en su beneficio. Antes, cuadno buscábamos un producto nuevo no teníamos más remedio que ceñirnos a las dos o tres tiendas cercanas que conocíamos y confiar en que el dependiente nos echase una mano. Ahora ya ni siquiera los dependientes conocen en profundidad sus productos, por no decir que muchos ni se preocupan de saber lo que están vendiendo. El paso lógico entonces, es evitar confiar en el dependiente y recurrir a internet, dónde expertos y novatos dan su opinión y dejan a nuestra discreción elegir de entre todas los opciones existentes, en vez de ceñirnos a las pocas referencias de una tienda concreta.
En conclusión, esta nueva manera de comunicarse y acceder a lso productos no sólo ha venido de mano de las nuevas tecnologías, sino que las grandes superficies comerciales la han acelerado de sobremanera al primar el beneficio por encima del servicio y atención, así como al considerar que tenían el monopolio tanto de los productos como de la información sobre ellos.
Ahora este problema podría tener solución gracias a las redes sociales. La posibilidad de escribir desde cualquier parte, con 3G, y no tener que dirigirse a otro individuo concreto posibilita el compartir lo que queramos con el mundo justo después o mientras lo hacemos o pensamos.
Como ya he comentado anteriormente, cada vez los medios de comunicación en masa por internet tienen más relevancia. Hoy en día cualquiera puede abrir un blog de forma gratuita y exponer su opinión a la comunidad digital. Y no sólo eso, además ahora lo puede hacer en tiempo real, consiguiéndo adelantarse a cualquier otro medio de comunicación.
El twitter, por ejemplo, se ha convertido en una forma increiblemente fiable de medir la repercusión de una noticia o evento. Si buscamos una palabra concreta en twitter pordemos saber el número de twitts existente y la gente que habla de ello, mientras que tratar de calcularlo mediante blogs, foros u otros medios de noticias resulta más complejo e inexacto ya que suelen abarcar temas mucho más amplios de los que ceríamos en una cadena de twitters, ya que se deriva a otro tema podemos considerar que la cadena de twitts se termina divide, mientras que en los foros o blogs tardan mucho en seccionarla, si tiene peso suficiente y lo hacen.
Estos medios inmediatos y completamente públicos están logrando reemplazar a los soportes impresos a un ritmo alarmante. Los propios periódicos ya están inviertiendo fuertemente en sus ediciones digitales y en llegar mediante rss o feeds a sus lectores, puesto que para cuando el periódico físico llega al quiosco la mayoría de su información ya ha sido actualizada online, quedando obsoleto.
Tampoco estamos hablando de la Panacea, ni este será el último paso para unificar el mundo, pero es un avance importante tanto para conectarnos a todos como para crear una verdadera personalidad digital.
Poco a poco vamos perdiendo el miedo (ya sea bueno o malo) a dar nuestros datos por internet, hasta el punto en el que lo relevante ha dejado de ser la edad, país de origen o sexo y es la opinión. Al entrar en cualquier foro encontramos bajo avatares de los más variopinto ideas y comentarios de gente que sólo se mide por sus opiniones. ¿Acaso está es la realización de la famosa frase de que lo que importa es el interior?, quién sabe, con la consolidación de estas personalidades muchos individuos pueden compartir ideas y temas de conversación con gente afín de todo el globo sin el problema de ser criticados sin motivo por los trolls y hoygan del mundo real.
A veces es una pena que no podamos emplear el mismo método para las conversaciones reales.